lunes, 19 de abril de 2010

La espalda y...

Hay montones de personas que afirman que no he hecho nada malo en mi vida. Por supuesto, sólo se atreven a decirlo a mis espaldas. (Oscar Wilde)

No sé cómo haría la gente para irse si no tuviera espalda. (Miguelito)

Para la mayoría de los hombres, la experiencia es como las luces de popa de un barco: iluminan sólo el camino que queda a la espalda. (Samuel T. Coleridge)

De repente su dedo en mi espalda/ dibujó un corazón/ y mi mano le correspondió debajo de su falda. (Joaquín Sabina)

La fortuna se cansa de llevar siempre a un mismo hombre sobre las espaldas. (Baltasar Gracián)

Quien habla mal de mí a mis espaldas mi culo contempla. (Winston Churchill)

Lo más ofensivo que pueda lanzarte a la cara tu peor enemigo no se compara con lo que tus amigos más íntimos hablan de ti a tus espaldas. (Alfred de Musset)

Si te abrazo más fuerte nos vamos a dar la espalda. (Groucho Marx)


Mi dolor de hoy no es de padre ni es de hijo. Le falta espalda para anochecer, tanto como le sobra pecho para amanecer. (César Vallejo)


Tenemos los vicios ajenos delante de los ojos y los propios a la espalda. (Séneca)

No hay historia de piratas/ que tenga un final feliz./ Ni ellos ni la censura/ lo podían permitir./ Por la espalda, en una esquina,/ gente a sueldo los asesina. (Joan Manuel Serrat)

Vuelve la espalda a los que halagan tu vanidad, especulan con tu buena fe y te condenan a ser siempre rebaño, sin decírtelo, para ser ellos pastores. (Constancio C. Vigil)

Ni el rostro más hermoso podría compensarnos una espalda encorvada; por el contrario, siempre será preferible un rostro feo sobre un torso recto. (Arthur Schopenhauer)

La espalda es la parte del cuerpo de un amigo que uno tiene el privilegio de contemplar en la adversidad. (Ambrose Bierce)

Nadie se nos subirá encima si no doblamos la espalda. (Martin Luther King)

Flaca, no me claves tus puñales por la espalda/ tan profundo, no me duelen, no me hacen mal. (Andrés Calamaro)


Muere lentamente...


Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú. Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandonando un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Pablo Neruda

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