viernes, 23 de marzo de 2012

Carta: Que razón tenias papa!



Que razón tenias papa,
cuando me dijiste que a mi edad,aún no estaba preparado para controlar mi vida, que era yo muy joven que esperara un poco
más de tiempo y luego tu mismo me ayudarías a independizarme
y sin embargo, preferí no escucharte, te deje con la palabra en la boca y me fui de la casa según yo, a comerme el mundo a rebanadas.
Repetiste una y otra vez que tu y mi mama, solo querían
lo mejor para mi y que sus regaños no eran por desamor
trataste de explicarme que la comprensión no significaba darme siempre la razón y a pesar de ello, en muchas ocasiones preferiste ceder y callar con esa actitud conciliadora que adoptabas con tal
que yo no cumpliera mis constantes amenazas, mientras yo los acusaba de ser los peores padres


Que razón tenias papa, cuando te acercaste a mi y me suplicaste que viviera conforme a mi edad porque la juventud es como un suspiro del alma y cuando nos damos cuenta los años nos llevan ventaja
Me suplicaste que no abandonara la escuela porque de ello dependería gran parte de mi vida en el futuro
"No cometas el mismo error que yo hijo" me dijiste en aquella ocasión y sin embargo mi respuesta fue tajante
tu que sabes de eso, lo que pasa es que tu ya estas viejo,
no se como no te cansas de darme sermones.


Fué por eso que solo llegue hasta la secundaria
recuerdo que mi madre me sentó  cariñosamente en sus piernas y me habló de las mujeres, me explico que una relación de pareja
va mas allá de la atracción física y la pasión platico como se conocieron y la manera en que la conquistaste.
De la forma en que se ama a los hijos.
El respeto por la esposa y el cariño como el que se le debe tratar y ya vez papa apenas cumplí la mayoría de edad y me tuve que casar por esa falta de responsabilidad


Que razón tenías papa
cuando antes de marcharme de la casa
intentaste detenerme y con lagrimas en los ojos
me aclaraste algún día tu también serás papa
y me vas a entender hijo
y en pago a eso te miré fijamente a los ojos
y te dije yo si seré buen padre,
a mis hijos no los voy a estar fastidiando tanto
dejaré que se sean lo que ellos quieran y que sean felices
y en un tono mas soberbio arremetí: yo voy a ser mejor que ustedes


Me aconsejaste que pasara lo que pasara, viviera como viviera
nunca me humillara ante los demás, porque la dignidad no se vende
no se pierde y hasta la libertad tiene sus límites.
y apenas me sentí libre, aproveche para emborracharme con mis amigos hasta desfallecer, desperté tirado en una calle, sucio, maloliente me atreví pedir limosna y ante la desesperación se mi hizo fácil robar aunque me advertiste que el enemigo no estaba en casa sino en las calles disfrazado de falsos amigos, absurdos placeres y dinero manchado


Que razón tenias papa
cuando me adelantaste que si abandonaba el hogar
mi madre moriría de pena y tristeza y yo que hice me burlé de ti,
te aclaré que si eso sucedía seria por tu culpa
por la vida tan estricta que nos dabas por tus exigencias y por tu concepto de la disciplina y la responsabilidad porque cuando llegabas a la casa hacías llorar a mi madre con tus ridículos obsequios.


Cuando tiempo tarde a comprender
que esas lagrimas eran de alegría y no de dolor o tristeza
Un día, me tomaste entre tus brazos y me dijiste muy quedito al oído esas cosas que aún guardo en mi corazón
ojala nunca crecieras hijo mío, ojala siempre fueras mi pequeñito y
yo siguiera siendo tu héroe para toda la vida
imaginar que siempre tendrás seis años
pero ya ves papa, hoy me arrepiento de todas esas palabras contra ti
de mis actos que tanto te dañaron. de tantas noches que te tuve a ti y a mama en vela por no llegar de la fiesta, de las mentiras mal armadas con tal de no escuchar tus sabios consejos, de recordar como te humillaste varias veces frente a mi con tal que yo tuviera esa falsa razón, de pisotear tu dignidad con mis gritos y reclamos
de cientos y cientos de reproches en contra de ese cariño incondicional


Mírame ahora papa, sentado en una sala de hospital, lleno de angustia esperando noticias sobre la salud de mi hijo, ese, al que yo iba a educar mejor que tu a mi, si, también el se sintió grande y a pesar de mis consejos decidió no escucharme y hacer su propia vida como lo hice yo le pido a Dios que me ayude y a ti mi gran héroe de siempre,  que ojala me hayas perdonado todo me costo mucho tiempo dolor y sufrimiento, pero después de muchos años logré entender que por fin te amé papa más de lo que yo creía.
Que razón tenias papa.

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